RELOJ EMPECINADO
Iba por la calle acariciando lunas y tristezas.
Hermoso de rostro , carente de luz.
Orillero, rioplatense envenenado con cristales de ilusión.
Atado a su pasado , cabeceando su sueño relacionado al presente en su desgracia dice:
¡Alondra –seda te extraño-!
El reloj se empecina en su tic tac y marca su desdén en un enojo transpiración de un día pésimo.
Claveles en el cielo arremolinan nubes y la serpiente del olvido ya mordió.
Corre a su destino como un novio
que siente su corazón tocar música-furtiva.
Elenco de los músicos vitales chisporrotean un universo oscuro…
Y en silencio…continua la historia.
SUSANA RODRIGUES TUEGOLS
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